¿Lo pasado pisado? Por Natalia Jaureguizahar

No, compañerito, la historia no es pasado, es cimiento. No te confundas. Si no sabemos de donde venimos, no podemos saber donde estamos parados.

El pasado es pasado, la historia, otra cosa. Con ella, nos han dominado por siglos.

No es cuestión de vivir en el pasado, en eso estoy de acuerdo: se vive para adelante. Pero desconocer el pasado es peligroso. Tanto, que nos siguen cagando los mismos que siempre lo hicieron, simplemente, por no saberlo.

Quiero decir: si la misma mina te gorrea veinte veces, o sos muy pelotudo, o no estás enterado… ¡O te gusta ser gorreado!

Ser pelotudo, es inevitable, no estar enterado, se puede prevenir. ¿Me explico?

Si no querés que te caguen toda la vida, tenés que estar informado… ya sea en cuestiones amorosas, o políticas… Y la historia, es política.

¿O vos te pensás que es todo presente, todo futuro?

No, nene, nada que ver…. Es una construcción, y si querés llegar alto, cuando construís, los cimientos tienen que ser fuertes… Si no lo son, no soportan el peso de la estructura.

Así que ahora, tenés que decidir, si querés construir un rancho, o un edificio altísimo…

Entonces, te darás cuenta que un rancho es de bajo costo, pero endeble y vulnerable. El rascacielos, llevan su tiempo y una inversión importante.

Perdoname si soy “políticamente incorrecta”, pero no creo que la corrección sea compatible con ciertas verdades. De hecho, creo que la política debe ser “incorrecta”, porque debe ser irreverente, desafiante.

El objetivo, es transformar realidades, y eso, no se consigue acatando órdenes. Para transformar la realidad, hay que dar batalla, y la batalla de hoy, es cultural.

El famoso dicho: “lo pasado, pisado”, es una zoncera. Nos quieren hacer creer que es así, porque al poder le es conveniente.

Y no es resentimiento, salvo que ser resentido, sea sinónimo de “re-sentir”, o sea, volver a sentir, o sentir mucho.

En esos casos, no está mal…

Y no es revanchismo, es conciencia colectiva.

No hay caminos que puedan desandarse, pero si es posible corregir el rumbo. Y para eso, es necesario, imprescindible, saber que uno se equivocó de huella. Debemos saber de donde venimos, para tener claro adonde vamos.

Y seguro no es fácil quemar la colección de “Billiken”, que uno lleva en la memoria. Pero es necesario.

Usé hace poco, una frase, que es un juego de palabras: “Leer a Rosa, pelear por Rosas”, pero ese juego, no es inocente ni casual.

Tenés que leer a Rosa, chango. Porque ahí, vas a poder pelear por Rosas, y nosotros, somos ellos, los que la historia oficial desprecia. Los descamisados, los grasitas. Los que nos resistimos a ser explotados en beneficio de unos pocos.

Somos los que salimos a las calles, encarnando columnas humanas, con los dedos en “V”, porque entendimos que mañana puede ser mejor.

Somos como el agua, el General nos enseñó el camino…

Recuerdo un recuerdo de mi abuelo: “eso lo hizo el hombre”, al referirse a una obra del General. “El hombre”.

“El hombre” lucho por nosotros, y eso, no es pasado, es historia. “El hombre” levantó las banderas de quienes lo precedieron, porque no confundió historia con pasado.

“Al hombre”, le serrucharon las manos por eso… Pero nosotros, podemos ser sus manos…

No dejes correr la pelota, pibe… Vení, sumate. Te estamos esperando.

(En base a un diálogo con uno de los pibes de la JP… Espero haber llegado…)

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