Visceral. Por Julia Cao *

No son tiempos livianos para los familiares de caídos en Malvinas,  tampoco para los héroes de nuestra Patria.

Un gran peso sucumbe sobre nosotros desde hace tres décadas.  Pero no por los hechos que acaecieron durante el conflicto en sí,  sino por los acontecimientos que sobrevinieron después,  y que se prolongan hasta nuestros días.

Hemos vivido en las sombras, durante las tres décadas posteriores al 14 de junio de 1982.  Y creemos que es el momento indicado para salir a la luz.

Hoy más que nunca, nuestros héroes se merecen el reconocimiento que aún no han tenido.  Tengo fe en que ese acontecimiento se aproxima,  porque no hay verdad que no salga a la luz e ilumine las tinieblas.

Y que Malvinas fue la Causa más justa,  noble, genuina y definitiva de nuestro siglo es una verdad irrevocable.  Nuestros héroes han ido a defender nuestro suelo con total valentía,  euforia y convicción.

Tampoco hay dudas de que ha sido el evento que ha enlazado a sangre al pueblo argentino,  tiñendo nuestro escudo con los ocres colores de la muerte, y sí,  también de la injusticia.  Hubo acciones injustas,  como en toda guerra.  Nosotros no ignoramos ese hecho. No lo ocultamos, ni defendemos.  Simplemente como argentinos que han arriesgado y entregado hasta lo más preciado de sí,  por las generaciones que nos precedieron y las que vendrán,  sentimos que lo auténticamente injusto es el hecho de que se enfatice en la cara oscura de la moneda.  Y no,  “en la cara de la luz” porque si bien no quiero decir con esto que la guerra sea una fuerza positiva, es una fuerza transformadora.

Malvinas no es sólo la imagen de un soldado estaqueado.  Es también el relato de entrega de todo un pueblo.

En lo personal,  me afecta íntimamente esa imagen que he mencionado con antelación.  No hace más que reabrir una herida que ya cicatrizó. Y creo, que si bien es necesario rever el pasado con ojos críticos,  no hace falta mirarlo con tanta crudeza.  Hasta arrancarse los ojos,  como en el caso de Edipo.

Siento como hija,  como hermana,  como madre,  como ciudadana,  que esa imagen, en blanco y negro, no es la que me representa.

Prefiero una imagen celeste y blanca,  con miles de banderas agitándose al viento,  envolviendo la canción de mi pueblo. El himno de mi Nación,  pronunciando todos y cada uno de los nombres de los que fueron a defender aquello que es visceralmente nuestro.

* Julia Cao es estudiante de letras. Hija de Julio Rubén Cao, maestro, soldado, héroe caído en Malvinas el 10 de junio de 1982

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