Del voto femenino al sufragio optativo a los 16 años. Por Pablo Adrián Vázquez*

Julieta Lanteri, Elvira Rawson y Alicia Moreau, entre otras, son nombres destacadas en la lucha por el sufragio femenino. Pero salvo los proyectos de los radicales y socialistas que naufragaron en el Congreso, simulacros de  voto por las sufragistas e iniciativas locales en San Juan, hubo que esperar hasta la aparición del peronismo para que esto se efectivizara.

Perón, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, creó la División del Trabajo y Asistencia de la Mujer, el estudio de las condiciones laborales de las mujeres para  proyectar el Estatuto de Trabajo Femenino, y mantuvo reuniones con la comisión Pro Sufragio Femenino.

Siendo presidente reafirmó su intensión que las mujeres tuviese los mismos derechos que los varones. Tuvo un plus: sumó la voluntad de Evita para concretarlo.

Ella, desde reuniones con mujeres peronistas y alocuciones radiales, más su firme decisión, permitió sancionar y promulgar la Ley 13.010 del 23 de septiembre de 1947, lograr el empadronamiento de las mujeres a través de las delegadas censistas, crear el Partido Peronista Femenino en 1949, y promover la participación femenina en las elecciones de 1951.

El día de la promulgación del voto femenino Evita afirmó: “El voto que hemos conquistado es una herramienta nueva en nuestras manos. Pero nuestras manos no son nuevas en las luchas, en el trabajo y en el milagro repetido de la creación… Fecundamos la tierra con el sudor de nuestras frentes y dignificamos con nuestro trabajo la fábrica y el taller. Y votaremos con la conciencia y la dignidad de nuestra condición de mujeres”.

Votaron por primera vez las mujeres de todo el país: fueron 3.816.654 sufragios y  2.441.558 apoyaron la fórmula Perón – Quijano. 23 diputadas y 6 senadoras ocuparon sus bancas en 1952.

Hoy el debate es por la posibilidad que a los 16 años se pueda votar. Y las voces alzadas en contra resuenan con el eco de aquellos rivadavianos que pretendían negar el derecho al voto a los jornaleros en la Constitución de 1826, de los liberales contra los sectores populares durante el patriciado, y de la oposición política y mediática contra la iniciativa peronista del voto femenino.

Frente a la proclamación formal de derechos, cuando un gobierno nacional y popular busca efectivizarlo, los reparos son siempre iguales y las excusas calcadas. Sólo con el ejercicio del voto y la conciencia de avanzar en nuevos derechos construiremos una verdadera república con base popular.

* Politólogo;  Docente UNLZ y UCES; Miembro del Instituto Nacional Eva Perón, Rosas y Manuel Dorrego

1 Comment

  1. No comparto en lo más mínimo la comparación de dos realidades completamente distintas. Por un lado, yo me opongo al proyecto que ahora se discute y soy revisionista histórico, de manera que decir que somos “rivadavianos” es una licencia artística un poco desmesurada. Segundo: hace 60 años había un clamor y un reclamo bastante generalizado en torno a la incorporación de la mujer. En cambio ahora, hasta que apareció el proyecto no escuché a nadie que reclamara el voto a partir de los 16 años. Tercero: La incorporación de la mujer a la vida poítica se hizo reconociendo DERECHOS pero también asumiendo DEBERES para con la comunidad, cosa que no veo que se discuta entre los entusiastas del proyecto. Salvo que si decimos que si poseen capacidad de votar a los 16 entonces que también asuman responsabilidad penal nos haga también “rivadavianos”?

Leave a Reply