Manuel Belgrano, líder ideólogo y combatiente de la revolución. Por Ricardo Elorza Villamayor

Gentileza:  Alejandro Pandra

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La Revolución Cultural

La “historia oficial”, de la que somos víctimas desde el jardín de infantes a la universidad, nos somete a una dominación cultural que continúa gozando de impune vigencia.

Así, desde Mitre, se montó una ficción que convirtieron en materia de estudio aburrida y la denominaron historia.

Ninguna revolución es producto de la improvisación, ni puede realizarse sin un Líder y una doctrina que la sustenten. No hay revolución si no existen quienes las planifiquen, organicen y conduzcan. La Revolución de Mayo, es el resultado de muchos años de preparación y tuvo un Conductor al que sus compañeros y el Pueblo brindaron la confianza y el respaldo para concretarla: Manuel Belgrano.

La Revolución Cultural comenzó el día que Belgrano inauguró el Consulado de Buenos Aires anunciando: “No hay objeto mas digno de la atención del hombre que la felicidad de sus semejantes” 2 de Junio de 1794

Mientras esa historia oficial presenta como precursores a quienes jamás participaron del Movimiento Revolucionario, lo cierto es que Belgrano fue su creador en los primeros años del siglo IXX junto a su primo Juan José Castelli, Nicolás Rodríguez Peña y Juan Hipólito Vieytes.

En el actual período Bicentenario, a pesar de las anquilosadas estructuras del Estado Nacional que no atina a detener el avance contracultural interno y externo, vemos cómo retoma sus fuerzas el Movimiento Nacional en esta Batalla Cultural. En ese sentido, debemos destacar los precisos mensajes de la Presidenta de la Nación:

“Para mí, ustedes lo saben porque lo he repetido muchas veces, él, Belgrano, es mi favorito”.

“Cuando lo leemos a Belgrano, al Belgrano que además de crear la Bandera fue militar, político pero también un gran economista; cuando leemos al Belgrano que reclamaba que industrializáramos aquí en nuestro país nuestras materias primas, que no permitiéramos que se exportara la materia prima, sino que le agregábamos valor aquí; cuando hablamos del Belgrano de la educación fundador de la Escuela de Náutica, un hombre que luchaba por la educación, digo, que estamos cumpliendo el sueño de Belgrano.”

“Belgrano quería una Argentina industrial, una Argentina con trabajo, una Argentina con educación, una Argentina con progreso, además de eso sabía que también había que luchar por la Patria, y cuando tuvo que hacerlo abandonó su condición de político, abogado, economista, periodista, y se puso el traje militar para defender la libertad de esta Patria que recién estaba naciendo y que lo tuvo a él como uno de sus padres más notables e importantes.”

“Por eso, me siento muy orgullosa de estar aquí junto a todos ustedes, frente a este monumento a la Bandera…”. [Cristina Fernández de Kirchner, Rosario, 20 de Junio de 2011].

Nuestra militancia en la difusión de las ideas y obras del Precursor de la Independencia de América del Sur, a través de medios de comunicación, conferencias y charlas con debate en escuelas e instituciones públicas y privadas, decidimos profundizarlas  transcribiendo en este libro una porción de resoluciones, cartas, proclamas, partes de batallas y reglamentos, que revelan a los auténticos protagonistas de la Revolución, y en especial de su líder: Manuel Belgrano, Alma de la Revolución.

Nos proponemos, rescatar del olvido, el ocultamiento y la falsificación sus realizaciones y su doctrina que hoy deben servirnos de guía. De eso se trata la Historia como ciencia al servicio de la Humanidad. Revelación de principios y valores que nos estimulan a imitar para recuperar el sentido heroico de la vida.

La Proclama y Reglamento para los 30 Pueblos de las Misiones Guaraníes del 30 de Diciembre de 1810; el Tratado Federal con la Provincia del Paraguay del 12 de Octubre de 1811; la creación de los símbolos en Febrero de 1812; la donación de sus premios para la creación de Escuelas del 31 de Marzo de 1813; y sus hazañas al frente de los Ejércitos de la Patria Grande, sumados a su obra revolucionaria desde el Consulado de Buenos Aires; sus Escuelas Públicas; sus mensajes desde el Correo de Comercio; las misiones diplomáticas y la propuesta de restaurar la Dinastía de los Incas con capital en Cusco, votada por unanimidad el 6 de Julio de 1816 en el Congreso de Tucumán, son en conjunto la demostración contundente de esa obra y su liderazgo.

El Camino de Belgrano

Como parte de esa recuperación de valores, nos proponemos reconstruir El Camino de Belgrano, iniciado en su expedición auxiliadora al Nordeste. Cada paso en ese Camino es una enseñanza, una gesta, una obra, un ejemplo. Reconstruirlo es deber de nuestras generaciones del Bicentenario. Allí espera su casa natal, donde también nacieron sus 15 hermanos y residieron sus 2 hijos y 12 de sus nietos. Ese Camino de 10.000 kilómetros, que debemos comprenderlo a caballo, mula, carreta, sopanda, o bote de cuero. Y a temperaturas de 45 grados al sol en las selvas, ríos y lagunas entrerrianas, correntinas, misioneras, formoseñas y paraguayas, y a 10 o 15 grados bajo cero a la intemperie del altiplano peruano.

Nótese, que luego de exigir desde Rosario, y obtener el 18 de febrero de 1812, la escarapela, determinó ante el pueblo rosarino y sus tropas, declarar la Independencia de hecho al crear la Bandera Nacional el 27. Con esa Bandera, que luego hizo bendecir en Jujuy, convocó y logró el singular acompañamiento de los pueblos de Oruro, Tarija, Quebrada de Humahuaca, San Salvador, en fin todo Jujuy. De esa forma, el 23 de Agosto realizó una retirada estratégica que dejó solo tierra arrasada al enemigo. Con este pueblo valiente y decidido, oficiales y soldados, recorrió más de 300 kilómetros en éxodo, triunfando en el Combate de Río Piedras el 3 de Setiembre hasta alcanzar la hazaña heroica y providencial de Tucumán del 24. Así fue posible la brillante victoria de Salta del 20 de Febrero de 1813 con la que renació y consolidó la Revolución, pese a los contrarrevolucionarios que se habían adueñado del gobierno central en setiembre de 1811, y fueran derrocados el 8 de Octubre de 1812. A propósito de Salta y de las intrigas, que aún continuaban, transcribo un párrafo de la carta que Belgrano enviara a su compañero y amigo Juan José Paso el 28 de Febrero de 1813,  «Para el tratado, que se criticará por los que viven tranquilos en sus casas y discurren con el buen café y botella por delante, más he tenido en vista la unión de los Americanos y aún de los Europeos, que otra cosa…»

Antecedentes de la Revolución

BATALLA DE BUENOS AIRES Bautismo de Fuego de Los Fundadores de la Patria

Para comprender el papel de nuestros fundadores en la preparación de la Revolución y Guerra de la Independencia, considero imprescindible describir algunos episodios que marcaron a fuego a los Patriotas: la Batalla de Buenos Aires.

Así puede comprenderse por qué Belgrano, Castelli, Rodríguez Peña y Vieytes tuvieron las más altas responsabilidades militares una vez producida la Revolución, ya que los cuatro combatieron en la victoriosa guerra contra los ingleses, cuya batalla definitiva reunió la mayor cantidad de combatientes en la Historia de América del Sur, donde los invasores contaron con un ejército de 15.000 hombres, apoyados en 100 barcos de guerra y mercantes.  Nuestras fuerzas alcanzaban a 8.226 milicianos de todas las provincias y miles de hombres, mujeres y niños del pueblo de Buenos Aires que convirtieron sus casas en fortines contra los usurpadores.

La derrota del poderoso Ejército inglés fue funesta, ya que sufrió miles de muertos, heridos y prisioneros, razón suficiente para que los generales ingleses no tuvieran posibilidad alguna de resistir las imposiciones de los vencedores, incluyendo el abandono del Río de la Plata y la restitución de la ciudad de Montevideo. Las declaraciones de los jefes militares vencidos en los tribunales ingleses nos eximen de más comentarios.

DEMOLICIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO

Como muestra tangible de la depredación de la Historia, y el correlato necesario para lograr  el ocultamiento, veamos la sistemática demolición de los Monumentos Históricos, en las dos ciudades que fueron escenario popular de los acontecimientos fundacionales de la Patria en 1810 y 1816: Buenos Aires y San Miguel de Tucumán. En la primera, el Fuerte, sede del primer gobierno Patrio de América y la recoba, sepulcro de los ingleses en 1806, fueron demolidos en dos etapas: 1853 y 1882; El Cabildo, sufrió inconcebibles e inexplicables demoliciones parciales.

El Real Colegio de San Carlos, donde estudiaron los líderes revolucionarios y desde cuyas ventanas y techos produjeron a los ingleses las más graves pérdidas, que describió así el teniente coronel invasor Cadogan, encargado de asaltar la Iglesia de San Ignacio: “Avancé con los rifleros hasta el costado oeste del edificio del Colegio de los Jesuitas, cuando al adelantar el cañón…en la entrada principal del edificio, el enemigo apareció de repente en gran número en las ventanas, en las azoteas…En un momento, la totalidad de la compañía de vanguardia de mi columna y algunos artilleros y caballos fueron muertos…”, fue demolido a principios del siglo XX, por lo que el centenario de la Revolución, lo celebraron con una nueva edificación de arquitecto y estilo francés.

La Iglesia de San Nicolás de Bari, demolida en la década infame, en cuyas torres el 23 de Agosto de 1812 se enarbolaron las primeras Banderas Nacionales cuando estaban prohibidas, el mismo día que su creador, Manuel Belgrano, iniciaba el estratégico éxodo popular desde Jujuy.

Por su parte, en San Miguel de Tucumán tampoco se privaron de nada, demoliendo la Casa del Congreso de la Independencia, el Cabildo y la Iglesia de la Merced, a cuya patrona Belgrano entregó su bastón de mando nombrándola Generala de los Ejércitos de la Patria luego de triunfar como dijimos el 24 de Setiembre de 1812.

Pero a semejante perfidia, debemos agregarle las demoliciones de las viviendas de  todos los líderes revolucionarios: Manuel Belgrano, Nicolás Rodríguez Peña, Juan José Castelli, Hipólito Vieytes, Saavedra, French, Berutti, San Martín. Un exterminio patrimonial cultural.

En síntesis, se propusieron acabar con la Memoria, sepultar la Verdad. Y hasta hoy lo vienen logrando.

El concepto Bicentenario 1806-1816/2006-2016, eficazmente desarticulado por la contracultura, debemos comprenderlo como la gran escalada revolucionaria liderada por Belgrano y sus compañeros. En ese período se produjeron los sucesos vitales de nuestra Emancipación. Se impone que antes de finalizar el primer período Bicentenario se reconstruyan, al menos en parte, los Monumentos de nuestro Patrimonio Histórico y Cultural.

ESTUDIOS DE BELGRANO – ANTECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN

Belgrano cursó estudios primarios en el Convento de San Pedro Telmo, conocido como convento de Santo Domingo, frente a su casa natal.

Ingresó al Real Colegio de San Carlos, donde el 19 de Mayo de 1786 finalizó su carrera, recibiendo el diploma de Licenciado en Filosofía. Siguió sus estudios en España en las Universidades de Salamanca, Valladolid y Madrid, donde se recibió en Abogacía, Economía Política y en 5 idiomas vivos. A los 19 años fue nombrado presidente de la Academia de Foro Romano, Práctica Forense y Economía Política de la primera Universidad, relacionándose con personalidades de los más importantes círculos literarios y científicos de Europa.  Al respecto, de la correspondencia con su familia y amigos, seleccionamos un párrafo de la carta que escribió a su madre desde Madrid el 11 de Agosto de 1790, cuando tenía 20 años de edad:

“Mi muy querida madre: Nunca me he atenido a los autores de nada para leer un libro; como siempre pienso sacar alguna sustancia y no quiero perder el tiempo en sandeces, pregunto a los hombres sabios que conozco para que me den su sentir y así no creo tener ninguna máxima libertina, sino muy fundadas en la razón”…

Manuel Belgrano, Madrid, 11 de Agosto de 1790.-

Así solicitaba al Papa Pío VI, el permiso a leer libros prohibidos, en una carta escrita en latín:

“Beatísimo Padre:

Manuel Belgrano, humilde postulante, a Vuestra Santidad expone que el mismo, después de haber estudiado la carrera de letras, se dedicó al derecho civil, en el que obtuvo el grado de bachiller, y a otras facultades, siendo al presente presidente de la Academia de Derecho Romano, Práctica Forense y Economía Política de la Real Universidad de Salamanca.  Por lo cual, para tranquilidad de su conciencia y aumento de la erudición, a V.S. suplica le conceda permiso para leer y retener libros prohibidos en la regla más amplia…”

Recibiendo, también en latín, la siguiente respuesta el 11 de Julio de 1790:

“El Santísimo concedió bondadosamente al postulante la licencia y facultad pedida de leer y retener, durante toda su vida, todos y cualesquiera libros de autores condenados y aún herejes, de cualquier manera que estuvieren prohibidos, custodiando, sin embargo, los dichos libros para que no pasen a manos de otros, exceptuándose los pronósticos astrológicos que contienen supersticiones y los que ex profeso tratan de asuntos obscenos”..

Belgrano Secretario Perpetuo del Consulado

El prestigio de Belgrano, decidió al Rey Carlos IV, el 6 de Diciembre de 1793, nombrarlo Secretario Perpetuo del Consulado de Buenos Aires. Vuelto a América, lo inauguró el 2 de Junio de 1794. Enseguida, el 15 de Junio, impulsó la creación de un fondo con destino al labrador:

“Debemos estimular el agro, franqueando los instrumentos para el cultivo, animándoles por cuantos medios fuesen posibles, haciéndoles los adelantos primitivos para que se compren un terreno proporcionado en el que pudiesen establecer su granja y las semillas que necesitasen para las primeras siembras, sin otra obligación que volver igual cantidad”.

Su lucha permanente contra monopolistas y contrabandistas le ocasionaron poderosos enemigos que interferirían luego en sus planes económicos y educativos, pero que no lograron detener la creación y reglamentación de las primeras Escuelas Públicas de América: Náutica, Dibujo y Arquitectura, Comercio, reservando lugares para los huérfanos y naturales de la tierra. También reglamentó las escuelas para mujeres que, hasta entonces, no tenían posibilidad de acceder a la educación.

Las exposiciones de Belgrano en el Consulado de Buenos Aires, llamadas Memorias, y las instituciones que las acompañaron, fueron la base de sus realizaciones para expandir la agricultura, la industria y el comercio, que, junto con la creación de escuelas públicas y fuentes de trabajo, conformaron una nueva realidad social en la Provincias del Plata. La profundización de estas ideas y realizaciones, muchas veces postergadas por el aparato burocrático virreinal, fueron el punto de partida del Movimiento Revolucionario: Un nuevo Estado Nacional, donde la Justicia Social; la Defensa y Protección de los Naturales; la Educación de las mujeres y los niños y la Cultura del Trabajo, se convirtieron en ejes centrales de la Revolución de América del Sur. Belgrano fue el centro de sus ex compañeros de estudio al regresar de Europa.

Para esta introducción, creo oportuno transcribir un mensaje que la inmensa mayoría de los estudiantes universitarios y profesionales egresados desconocen en todo el país, como fue mi caso hasta hace algunos años, cosa que compruebo en todas mis charlas y debates.

“En el Día de la Bandera de la Patria, uno mi homenaje como hombre del pueblo a la enseña que, acaudillando a millones de argentinos, sintetiza y simboliza el augusto objetivo de todos los que luchamos por una Argentina grande, libre, soberana y justa.

En ella rendimos tributo de recuerdo y de gratitud a su creador, el general Manuel Belgrano que, con San Martín, representan los héroes máximos de la nacionalidad y las glorias más puras de la Patria.

En los comienzos de mi presidencia, después de más de un siglo de olvido di cumplimiento a los deseos de Belgrano de destinar la recompensa en dinero que le acordara al prócer el Gobierno, invirtiendo los fondos necesarios para construir una escuela, como él lo dispusiera, en  la ciudad de Tarija.

Interpretando sus ideas y sentimientos que lo impulsaron a destinar sus bienes y recompensas para construir escuelas en la rudimentaria comunidad argentina de su tiempo, deseo anunciar que desde hoy quedan suprimidos los actuales aranceles universitarios en forma tal que la enseñanza sea absolutamente gratuita y al alcance de todos los jóvenes argentinos que anhelan instruirse para el bien del país. Para honrar a los héroes nada mejor que imitarlos.”

Mensaje al País del Presidente Juan Domingo Perón, 20 de Junio de 1949.

Ratificado por Decreto N° 29.337 del 22 de Noviembre de 1949, retroactivo al 20-6-49

Finalmente dado que el sentido de esta introducción de mis apuntes es ofrecer una síntesis o muestra de documentos casi desconocidos en la escuela y la universidad,  transcribimos un párrafo del periódico revolucionario “Correo de Comercio” del sábado 17 de Marzo de 1810 que, pienso, debiera estar en letras de molde en los frentes de todos los edificios educativos y culturales del país:

“Hubo un tiempo de desgracia para la humanidad, en que se creía que debía mantenerse al pueblo en la ignorancia y por consiguiente en la pobreza, para conservarlo en el mayor grado de sujeción.  Pero esa máxima injuriosa al género humano se proscribió como una producción de la barbarie más cruel”.

Manuel Belgrano, Correo de Comercio Nº 3 17 de Marzo de 1810

Ricardo Elorza Villamayor

1 Comment

  1. Por favor, difundamos, promocionemos, dimensionemos adecuadamente el planteo que haces respecto de “los caminos de Belgrano”. Es brillante la idea y sé ´por experiencia propia que, sólo pensando en Salta y Tucumán, quienes puedan realizarla, retornarán con una visión mucho más clara de Belgrano y sus realizaciones

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