TERREMOTO EN HAITÍ. Por Eduardo Rosa

TERREMOTO EN HAITÍ

América era una tierra pobre con mucho oro y plata.  No exportaba cosechas ni animales porque aún no existían buques capaces de cargarlos. Pero había ALGO que si se exportaba porque Europa NO LO TENIA. … Los productos tropicales.  Léase café, chocolate, y especialmente AZUCAR que además de ser un producto tropical era un producto industrial.

Y había una colonia apropiada por piratas franceses que era riquísima.  HAITÍ.

Sus prósperos ingenios regenteados por blancos ganaban fortunas.  Claro que parte de ella debían invertirla en esclavos, porque estos duraban poco, agotados por el trabajo los castigos y la miserable   alimentación. Si bien la historia de Haití es compleja esa miseria los llevó a ser – en 1804 – la segunda nación independiente de América (la primera fue EEUU).

Algo debió haber influenciado la revolución francesa de 1789-

LIBERTAD

IGUALDAD

FRATERNIDAD

Los esclavos haitianos las escucharon ¡¡¡somos libres!!! ¿QUEE? No…. Ustedes nos costaron plata dijeron los patrones.  Eso duró poco tiempo. A los blancos que no mataron solo los dejaron escapar.  Pero ¿LIBRES? … no es posible; Así no funciona; dijeron los nuevos patrones que eran negros pandilleros (No hay mas miserable que un miserable con poder dice el dicho).

Y hubo una nueva clase social de negros riquísimos y otros negros como o casi esclavos que trabajaban para ellos

Esto se supo en Francia y las prostitutas francesas se ilusionaron:  … Vamos a Haití y como somos mucho mas lindas que las negras nos casamos con los dueños de ingenios y seremos reinas…

¡Pobres ilusas!… no contaban con LAS NEGRAS.  ¿A que vinieron?  Les preguntaron…. ¿Queee?  ¡¡A FREGAR A LA COCINA!!

Así fue como Haití, independiente y orgullosa de su raza inició la entrada en el mundo occidental….  Y para su desgracia copió todos sus vicios convirtiéndose, al acabar el boom del azúcar en el país más pobre de América.

Y como patria hermana – no “latinoaméricana” como los franceses de Maximiliano rey francés por unos años de Méjico nos bautizó para incluirse ellos; que también eran latinos.  Ni tampoco iberoamericanos o hispanoamericanos como seríamos el resto.

Pero si son nuestros hermanos pobres a los que cada tanto hay que darles una mano porque un terremoto o un ciclón o su misma política los ha dejado al borde de la muerte.

¡PORTEMOSNOS COMO HERMANOS CON ELLOS!

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