ADIÓS A LEONARDO FAVIO, COMPAÑERO Y MAESTRO
Ha muerto Leonardo Favio, uno de los grandes de la cultura argentina, un poeta, un cantor popular, un director de cine eximio, un pensador nacional – porque, ¿quién se atrevería a negar que el arte sea una forma de pensamiento?—un militante. Nos dejó un compañero ligado a nuestra vida, a nuestra militancia en el campo de la cultura. Un maestro que llevaba en sí todos los valores del movimiento popular más importante que vivió la Argentina, y que supo recoger y simbolizar esos valores en creaciones inolvidables, desde sus canciones e interpretaciones musicales hasta su filmografía, vasta y reconocida por todos.
El artista mendocino, lujanense, creador de obras como El romance del Aniceto y la Francisca , profundizó una vía original y profunda del cine nacional, que ha dado su lugar al sentir, más allá del mero sentimentalismo, expresando las vetas más recónditas de la cultura popular, siempre religiosa y litúrgica. Internarse en los mitos y las leyendas ha sido el rumbo apropiado a un proceso de simbolización que permitió a sus connacionales reconocerse en entrañables parábolas, visualizando la lucha del pueblo cristiano contra los poderes y cautiverios. Por eso muchos de sus films – como Nazareno Cruz y el Lobo – además de ser apreciados técnicamente por sus pares, calaron muy hondo en la sensibilidad popular, como solo el gran arte sabe hacerlo. También hizo acceder al plano mítico a figuras del deporte o la leyenda como Gatica o Juan Moreyra. Todo lo que era familiar al pueblo le era próximo a Leonardo, ponía en juego su creatividad y su enorme talento.
Una enfermedad cruel se lo iba llevando de a poco, hace muchos años. Hoy le decimos adiós, casi aliviados de saber que han terminado sus padecimientos en la tierra pero se ha iniciado su vida plena, esa vida de luz en la que queremos creer. En el dolor irreparable de la ausencia, sigue sonando su voz: Ella ya me olvidó…
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