UN TAL ANDRÉS FRAMINI (el Negro). Por Ernesto Jauretche
No muy alto pero robusto, de piernas fuertes y brazos largos; unas manos siempre ligeras, grandes, nudosas, con las rudas huellas de callos añosos, de uñas largas, chatas, anchas. Infaltables los anteojos oscuros (excepto cuando –y fue demasiado frecuente- andaba en la clandestinidad); cuidadoso su corte de pelo […]