El encuentro, denominado “Identidad, Memoria y Soberanía”, se desarrolló el martes 3 de octubre en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Se abordó el tema “Las fuentes de la enseñanza de la Guerra de Malvinas, algunas propuestas desde la perspectiva sociocultural”. En esta oportunidad, la disertación estuvo a cargo Francisco José Pestanha, Director del Departamento de Planificación y Políticas Públicas y profesor titular del Seminario de Pensamiento Nacional y Latinoamericano, de la Universidad Nacional de Lanús.
En la apertura, la Secretaria de Extensión Sofía Szechenyi dio la bienvenida y se comprometió a “dar continuidad a una temática de importancia para la universidad y la comunidad en general”. El profesor Ricardo Flores (de la Asociación de Veteranos de Guerra de General Roca), por su parte, agradeció a la FADECS por cumplir cuatro años de trabajo y adelantó que “no va a descansar hasta que los héroes nacionales estén en los libros de texto”.
Las razones de la invitación se basan en el trabajo que se viene desarrollando desde hace muchos años entre la UNLa y el Observatorio Malvinas de la casa de estudios. El observatorio es una creación de la Rectora Ana Jaramillo y de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas. Las actividades incluyen el acompañamiento, la investigación y producción de contenidos académicos y culturales referidos a todo el período de posguerra de Malvinas.
Desde el comienzo, las investigaciones se orientaron a los entornos familiares y la trayectoria de muchos de los veteranos de Malvinas y sus sensaciones respecto de la guerra y la posguerra. En la charla mantenida con Pestanha, nos explicó que a partir de esa tarea, se produjeron tres documentales; el disco “Cancionero Malvinas” en homenaje a los héroes, con la participación de artistas populares; y una serie de libros de textos, sobre todo manuales orientados a la enseñanza secundaria sobre la historia de Malvinas.
Pregunta: Se logró así un producto de valor cultural y educativo ¿con qué objetivos o propósitos se lo encaró?
F. J. Pestanha: Se observó que en los manuales clásicos que circulaban por los ambientes escolares había una mirada absolutamente reducida del conflicto de 1982, y descontextualizada de la historia de las relaciones bilaterales de Argentina con Inglaterra. Ante esa situación, se formó un equipo interdisciplinario de profesionales, integrado por sociólogos, geógrafos, historiadores, diseñadores y veteranos de guerra, que produjo un manual luego distribuido en escuelas de algunas provincias y de la Ciudad de Buenos Aires y es utilizado en este momento como texto de consulta. Se desarrolló una experiencia pedagógica fuerte respecto a una de las tantas miradas que recaen sobre el conflicto de 1982, sus antecedentes y sus consecuencias.
La idea fue contextualizar la guerra de Malvinas no sólo dentro del período histórico que tuvo que ver con la dictadura militar, sino también con los antecedentes que dieron origen a la reivindicación por parte de Argentina de las islas. Los orígenes de la “causa Malvinas” en José Hernández, por ejemplo, con la famosa carta del autor del Martín Fierro al Comandante de la Armada Augusto Lasserre, las distintas posturas que ha tenido el país a nivel diplomático, las diferentes tentativas de invasión británica al continente, no sólo las invasiones inglesas y la guerra de Paraná, sino a Montevideo o a la Patagonia. Lo que se trató fue mostrar la historia de las relaciones bilaterales entre Argentina y Gran Bretaña.
P.: ¿Cuál ha sido la influencia conceptual de este trabajo de tipo histórico con fines pedagógicos?
R.: Los veteranos y sus familiares son un sector de la sociedad a los que les tocó participar en un acontecimiento histórico, la recuperación transitoria de las islas. Eso los llevó a un aprendizaje a través de lo que conocemos como “la desmalvinización”, el posterior silenciamiento de la voz de los veteranos de guerra, el derrotero de sus vidas, sus luchas, el menoscabo que sufrieron no sólo por parte de la dictadura al volver escondidos en micros tapados con diarios, sino después al tener que convivir con esta idea de “los locos de la guerra”, esa idea de que el veterano no era un sujeto histórico sino estrictamente una víctima de una situación determinada.
Tratamos de resignificar esta cuestión, en primer lugar entrevistando a la mayor cantidad de veteranos posibles, para saber cual es realmente su autopercepción y la de sus familiares. Todas las percepciones no son iguales, pero hay una mayoritaria que tiene que ver, sobre todos en los que estaban afectados al servicio militar, con que ellos sintieron y es que fueron a cumplir con su deber, y en definitiva, más allá de las circunstancias políticas, no sintieron por parte de las autoridades de los distintos gobiernos el reconocimiento por esa labor.
Una sensación diferente es la que tienen respecto al pueblo, sienten que el pueblo los reconoce. ¿Cómo se manifiesta esto? Desde hace años estamos haciendo un estudio que se llama “Malvinas, la gráfica del pueblo”, en la que tratamos de relevar la cantidad de homenajes realizados a los veteranos de guerra en términos artísticos, sobre todo en la vía pública. Y encontramos que los veteranos de guerra de Malvinas tienen la mayor cantidad de monumentos, adoratorios, nombres de negocios, nombres de calles. Nos dimos cuenta que es uno de los acontecimientos históricos, ellos lo denominan “gesta”, más reconocidos de la historia argentina. Y que además está muy oculto para los medios de comunicación y, sobre todo, para la academia.
P.: ¿Usted me dice que los gobiernos no registran ese fenómeno?
R.: Los gobiernos, sobre todo de la democracia, tienen que explicar qué pasó en la posguerra. Todo el mundo sabe que cuando un país entra en un conflicto bélico y pierde, paga. Le preguntaría a cualquier académico ¿cómo se pagó la guerra de las Malvinas, qué consecuencias trajo, cuáles fueron las acciones que se desarrollaron en la política argentina o las condiciones para restaurar las relaciones con los británicos? Habría que hacer una serie de interrogantes importantes, los buenos docentes investigadores no somos transmisores de verdades sino más bien interpelamos a las incógnitas. Y esa incógnita no está develada.
Lo que suponemos, en realidad está bastante acreditado, es que Inglaterra pone después de la posguerra una serie de condiciones, no sólo para restaurar las relaciones propias, sino para garantizar la restauración de las relaciones con Europa, que se vieron deterioradas por la guerra. Y que la sociedad política, sobre todo los más encumbrados, tiene una clara noción de que esas condiciones de posguerra tuvieron que ver en gran parte con el proceso de privatizaciones que tuvo el país en la década de los ’90, y aún hoy sigue habiendo un sistema de relaciones quizás no explícitas entre Argentina y Gran Bretaña. Esto no se remite a la pos democracia sino que se extiende a los orígenes de nuestra etapa independentista.
P.: En ese camino ¿se está un poco más cerca de lograr el reconocimiento?
R.: Eso dependerá de la capacidad que tenga Argentina de generar un sistema de alianzas regionales o por qué no universales, para lograr un umbral de poder que le permita sentarse en la mesa de negociaciones en mejores condiciones que lo hemos hecho hasta ahora. La Argentina tuvo habilidad diplomática para que se reconozca la “cuestión Malvinas” como una cuestión de colonialidad; pero todavía no hemos tenido la habilidad, no hemos logrado el consenso interno para desarrollar la habilidad necesaria para sentaros en condiciones dignas de negociar, porque, entre otras cosas, acá no está en juego las Malvinas, acá está en juego un millón de kilómetros cuadrados de territorio antártico y cuatro millones de territorio marítimo. Y para eso tenés que tener poder.
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