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Por | José Luis Di Lorenzo
Hace siete años que Lo Social difunde las Revelaciones que se vienen dando desde hace diecisiete años (1995) en la localidad cordobesa de Justiniano Posse. Revelaciones que son locuciones íntimas dadas a Artemio F. Amero por Nuestro Señor Jesucristo, Su Madre, la Virgen María, y los Santos. Y lo hace en la percepción e íntima convicción de la autenticidad de las mismas.
La idea principal de los Mensajes es comunicar a la humanidad que estamos en la Era de la Misericordia, y que sólo a través de Ella el mundo adquirirá un nuevo sentido.
Más allá de juicios y prejuicios sobre la religión, sobre los curas y aún sobre los creyentes, no queremos dejar pasar la oportunidad para remarcar un hecho que nos llama la atención, que si bien es de raíz confesional es profundamente cultural. Y se vincula, adelanto, con la reciente visita del Papa Benedicto XVI a Cuba y la verificación de la devoción del pueblo cubano a la Virgen de la Caridad del Cobre.
Al estudiar y rescatar nuestra identidad nacional ya hemos dicho que la familia, el sincretismo religioso y el mestizaje, son clara expresión identitaria que deviene de nuestros primeros habitantes, rasgos propios preexistentes a la colonización. Que la Fe y la lengua, herencia del período colonial español, son un rasgo (relevante) de nuestra América. Que la revalorización y rescate de la religiosidad popular, se debe al aporte del Proyecto Jesuítico. Todo lo que conforma nuestra personalidad social.[1]
La imbricación del culto mariano con el de la Pacha Mama es simétrico al de Ò?un una de las deidades de la religión yoruba, con la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Lo que contiene las diversas doctrinas humanas bajo un mismo manto simbólico.
Dos famosos teólogos de la liberación brasileños, Frei Betto y Leonardo Boff, amigos de Fidel Castro, cuentan respecto de su interés en la religión y que discutieron teología con él. Lo traigo a cuento porque justamente las Revelaciones recuperan el olvidado Concilio Vaticano II, el rol de Monseñor Pironio y, según mi parecer, iluminan el camino de la también descartada teología de la liberación (de la que quien hoy es Papa ha sido teórico detractor). Es más, los Mensajes de Jesús cuestionan las reuniones de Aparecida sosteniendo que es tiempo de dejar de decir y de una vez por todos empezar a hacer.
Del torrente de Revelaciones existentes remarco las destinadas a los dirigentes del mundo, en especial a los de nuestro continente, a los que se las ha hecho llegar (las que también publicamos en Lo Social)
Las Revelaciones también rescatan el pensamiento de los gnósticos cristianos, declarados heréticos por la jerarquía vaticana, acerca de cuyo pensamiento ilumina Gustavo F.J. Cirigliano en su libro “Jesús de la Misericordia se manifiesta en Posse”. Gnósticos cuya elaboración asentaron en papiros durante el siglo I y II, los que dieciocho siglos después reaparecen intactos (en 1945) dentro de unas vasijas halladas “casualmente” en Egipto.
¿Qué es lo revolucionario que plantean estos desesperados y fervorosos creyentes? La diferencia entre el dios sancionador, el demiurgo del viejo testamento, del Dios (real), el de la Misericordia, el Dios del amor, de una diferente y nueva religión que Jesucristo viene a anunciar.
Entre otras cosas, las hasta ahora ignoradas Revelaciones dicen que no hay infierno, que hay luz y oscuridad. Nos recuerdan que Jesús resucitó, por lo que Él es quien nos pide lo bajemos de la cruz, que está vivo entre nosotros, que lo podemos (debemos) ver en cada hermano.
El Papa Benedicto XVI, en el libro de su autoría “JESÚS DE NAZARET. Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección”, que le ha regalado a Fidel Castro, en su texto mantiene la vinculación entre el viejo y el nuevo testamento, aunque da lugar a una rendija cuando dice que Jesús nos deja un mandamiento nuevo (¿único?): amar al prójimo como a uno mismo.
Es útil pasar del ámbito confesional al cultural para intentar ampliar el marco de posibles coincidencias, lo que nos permitirá advertir que Amor es compartir los bienes para satisfacer las necesidades de nuestra existencia, liberándonos del egoísmo (propio y ajeno), conviviendo (viviendo solidariamente).
De aquel sincretismo religioso y religiosidad inculturada deriva una especial característica cultural, común a nuestra América, que expresa simbólicamente lo femenino (Virgen María, Pacha Mama, Ò?un) como lo unitivo continental.
Lo femenino es lo nutriente, lo vivificante, lo tuitivo, lo que encarnan nuestras madres y abuelas de la Plaza de Mayo, nuestras mujeres de la historia pasada y presente. Constituye el lazo que nos vincula y nos une a partir del culto mariano que recorre nuestra América irredenta
Las Revelaciones demandan nos ocupemos de la ortopraxia, ciencia del Amor, ya que el único pecado en serio es no amar. La jerarquía católica de la Argentina y el poder político están anoticiados de su existencia, sin embargo y hasta ahora no se han pronunciado al respecto. ¿Será porque en realidad Dios propone y el hombre con su libre albedrío dispone?
Yo desconocía el fervor religioso del pueblo cubano respecto de la Virgen de la Caridad del Cobre, de allí que al constatarlo, me pregunto y les pregunto, si la noticia contiene un mensaje, un significado. Me parece que sí, que da para sentir y pensar.
Nota:
La totalidad de las Revelaciones se pueden leer en www.jesusdelamisericordiaymaria.org
[1] Proyecto Umbral. Resignificar el pasado para conquistar el futuro. Gustavo F. J. Cirigliano et al
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