Uno de los valores donde se sustenta y define la Argentinidad, es la amistad.
Todos tenemos un amigo, o varios amigos.
Pero no sólo eso, definimos la relación entre los hombres, entre los hombres y las cosas, a través del concepto profundo de la amistad.
Un padre que da consejos, más que padre es un amigo, nos enseña José Hernández en el Martín Fierro, jerarquizando a ese padre que da consejos con la palabra amigo.
A un futbolista si quiere ser bueno se le enseña a hacerse amigo de la pelota, a cuidarla, a darle buen trato. Un criollo bien baila, cuando su malambo se hace amigo del ritmo del bombo.
Para Aristóteles, “el amigo es otro yo”, para Yupanqui “el amigo es uno mismo en el cuero ajeno”.
Dice Cadícamo en el tango Tres Amigos:
De mis páginas vividas, siempre llevo un gran recuerdo
mi emoción no las olvida, pasa el tiempo y más me acuerdo.
Tres amigos siempre fuimos
en aquella juventud…
Era el trío más mentado
que pudo haber caminado
por esas calles del sur.
En Adiós Muchachos, de Vedani y Sanders:
Dos lágrimas sinceras derramo en mi partida
por una barra querida que nunca me olvidó
y al darles a mis amigos el adiós postrero
les doy con toda mi alma mi bendición.
Un ejemplo indiscutido de amistad, es la de Gardel con Leguisamo, se conocieron en el hipódromo de Maroñas, en las afueras de Montevideo, Carlitos le dijo: “Mirá que sos chiquito, Mono. ¿Cómo hacés para que los burros no te desmonten?”. La amistad entre ambos comenzó ese día, y siguió para siempre.
“El era el único que me llamaba Mono, aunque sabía que a mí no me gustaba. Cuando lo hacía, yo lo llamaba Romualdo, para hacerlo engranar. Ese era su segundo nombre, y no quería que nadie se lo mencionara –decía Legui-. La única vez que me llamó así y yo no me enojé –recordó– fue un día que me mandó a casa una encomienda enorme, con una tarjeta que decía: “Mono, te mando un postre que te va a gustar”. Comencé a abrirla y era puro papel, y se achicaba cada vez más. Hasta que al final quedó una cosa chata, que era un disco sin etiqueta. Lo puse en la Victrola y me emocioné hasta las lágrimas, porque era el tango “Leguisamo solo”. Nadie lo cantó como él. Nadie, nunca, cantó como Carlitos”.
De Falú y Dávalos:
Amigos son Cruz y Fierro,
los juntó la adversidad
y jugándose la vida,
consagraron la amistad
Enajénate al amigo,
desinteresado y real,
tal vez por ganar amigos,
camina la humanidad
El amigo para Aristóteles podía provenir de la mutua utilidad, o del mutuo aprecio o también de una preocupación común por los bienes que son de ambos amigos. Está hablando de la ciudad o polis para los griegos. Es decir esta última posibilidad tiene que ver con el ámbito donde ha de desarrollarse esa amistad.
Para estos tiempos nuestros, de oscuridad filosófica, Perón nos dio una misión que es la precisa herramienta con la cual vamos a resolver nuestras cuestiones: “tenemos que crear una generación de amigos para fundar una comunidad organizada”.
Algo posible, realizable, acorde a lo que somos. Alcanza con ser buenos Argentinos. Buenos Amigos.
Roberto Vallejo
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