LA UNIDAD. Por Iciar Recalde

Yo, como cientos de muchos otros, desde el llano donde estaremos siempre, venimos predicando a lo largo y ancho del país desde HACE AÑOS la unidad como único reaseguro de la reconstrucción del movimiento nacional: menos lindos y buenos nos han dicho todas las barbaridades habidas y por haber (yo tuve a sueldo de la CGT, fui empleada de Magnetto y fui mujer y/o amante de tantos “traidores” que ya perdí la cuenta… que cuando no se puede discutir política, entran a tramarse relatos fabulosos sobre la vida privada del resto que los culebrones mexicanos son moco de pavo…) Venimos alertando que las consecuencias del fraccionamiento del campo propio son SIEMPRE terreno fértil para el enemigo al que se le abren las puertas.

Lo dijimos allá lejos y nos putearon de lo lindo: la pelea con Hugo Moyano era la firma del acta de defunción del movimiento nacional. La pelea con intendentes y gobernadores era nuestro suicidio colectivo. Si vos achicás tu espacio de sustentación andá a cantarle a Gardel… si vos trocás la lógica frentista y movimientista por la línea de orga y de vanguardia, llevás al país al borde del precipicio. No obstante, estrategias suicidas de la conducción, bancamos a morir, discutimos para el barajar y dar de nuevo, gastamos más suelas de zapatillas y horas de nuestro cotidiano en bancar lo que había que bancar en pos de la sobrevivencia del país, en militar por el candidato que según la conducción medía en las encuestas (les encantan las encuestas… tan liberales son que ni mu al señalamiento de quién arma las benditas encuestas), mucho más que los que hoy son “puros de la primer hora” y siguen dividiendo porque la jefa es la jefa, ellos los “pibes de la liberación” y todo el resto son unos mierdas y bla bla bla, no sea cosa que se les caiga el contratito en el Estado y tengan que hacer política de veras.

Los errores de conducción política fueron tan garrafales que nos hicieron perder tres elecciones consecutivas, sumados a la devaluación “nacional y popular” (cosa lo locos que exista tal cosa!) del ministro keynesiano y varios etc etc que no vale siquiera la pena mencionar. La cosa es que hoy se repite la estrategia política para volver a perder elecciones en una carnicería interna que se ahonda día a día, parece cosa de locos si no estuviese en juego el porvenir del país, lo que hace que no sea de locos sino traición a la Patria, lisa y llana. Acá si se juega la traición. La Argentina camina hacia la disolución nacional, ¿se le echará la culpa a los empoderados desagradecidos, a Randazzo y mengano, a Clarín y a la mar en coche?

Esperemos que las usinas del traidorómetro, tengan un mínimo de amor a este suelo y trabajen para ordenar la interna y llegar a la instancia electoral todos juntitos y ordenados. Los que predicamos por el país seguiremos haciendo lo que hicimos siempre y seguiremos bregando por la centralidad de la única columna vertebral del movimiento nacional, por la organización popular que vence al tiempo y por el diseño de un Proyecto Nacional. Por mantener con vida la doctrina legada por Perón, a secas.

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