LAS PRÓXIMAS ELECCIONES E INTENTOS DE RESTAURAR EL NEOLIBERALISMO
Dr. Jorge Francisco Cholvis.
Es tiempo de necesarias definiciones para confrontar con la enorme ola de la derecha que se expande por nuestro continente y ahora especialmente en la Argentina. En el marco de la estrategia impulsada desde los sectores económico-financieros concentrados el objetivo es restaurar el neoliberalismo, utilizando para ello conocidos personajes de la política, del sector empresarial y sindical; como también desde ámbitos culturales y consuetudinarias concepciones de la ultraizquierda en su función de bisagra que coadyuva a instalar dicha política. Tiene como objetivo inmediato y manifiesto de intentar frustrar el Proyecto Nacional y Popular que estamos implementando para alcanzar la felicidad plena del Pueblo y la meta de la Patria Grande.
Nos encontramos sometidos a una de las mayores acciones psicológicas tendientes a deformar la verdad sobre la realidad nacional y sus necesidades, en la que participan tanto los medios de comunicación masiva como los principales voceros del neoliberalismo acompañados por grupos sectoriales transnacionales. Manipulan conceptos, ocultan logros y disimulan consecuencias. Con globos de colores y slogans, tratan de lograr el allanamiento de la sociedad a las políticas del neoliberalismo. Así se abre nuevamente la puerta para imponer en el país una política de desnacionalizaciones y distribución regresiva del ingreso, en beneficio del sector empresario más concentrado como agente impulsor del desarrollo.
Es un intento de frustrar el tiempo sociopolítico iniciado en mayo de 2003, y de tal forma colocar al país dentro de los marcos del nuevo neocolonialismo; pues liberalizar la economía como proponen implica tanto como debilitar el país frente a los grandes consorcios internacionales y los grupos económicos concentrados ligados a ellos, que serán en definitiva los únicos que gozarán la libertad que con tanto énfasis se promociona.
La memoria histórica de lo ocurrido en el país nos advierte las graves consecuencias dejaron políticas similares. Consecuente con el período de facto que comienza en 1955 y la derogación de la Constitución Nacional de 1949 mediante la “Proclama” del 27 de abril de 1956, se inicia la política de insertar a nuestro país en los organismos internacionales de crédito, la extranjerización de la economía y marginar al Estado en el proceso económico.
Así fue que la intromisión económica a través de teorías y recetas ajenas a nuestra realidad, como también la imposición hegemónica de la teórica del liberalismo económico, llevaron a nuestro país a suscribir “cartas de intención” y otros documentos con organismos financieros internacionales que implicaban la renuncia al manejo de nuestra economía y que constituyeron un intervencionismo neocolonial dentro de ella y adquirieron un lugar de predominio en la Constitución real del país. Estos documentos se transformaron así en un soporte de máximo rango en la conformación de la Constitución real del país, que somete y condiciona a la Constitución jurídica. La dependencia se concretó en la transferencia de la decisión nacional en la confección de los programas económicos.
En los discursos y prácticas actuales de lo que se denomina neoliberalismo, se observa el intento de alcanzar otra vez un rol dominante en las instituciones políticas, como también en las estructuras administrativas y educacionales, de manera que estas puedan someterse al ídolo del mercado. Sabemos que estas políticas tomaron impulso durante la década del ’70 del siglo XX, se acentúan en los ’90 y ocasionan una reorganización drástica de las relaciones de poder. Quieren volver a restaurarlas, lo cual se aprecia al acentuar el predominio de organizaciones trasnacionales como la OMC, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE, que fueron notorias usinas que postularon las políticas de los programas de austeridad, de los “programas de ajuste estructural”, e implementaron las reformas de políticas económicas consiguientes; pero también de reformas educacionales. La liberación de los mercados financieros incrementó la dependencia pues los Estados nacionales quedaron inermes y sometidos a las decisiones del “mercado” en esa etapa del capitalismo global.
El intento de afianzar políticas de restauración neocolonial se observa actualmente en las tratativas para celebrar Tratados de Libre Comercio entre países del Pacífico y EE.UU, como también de éste con países de Europa. Significan el ALCA revivido y aumentado. Como señala Joseph Vogl la denominada desregulación de los mercados financieros, no sólo creó nuevas condiciones y oportunidades para la acumulación de capital; también produjo un nuevo orden de gobierno y nuevas estructuras en la coordinación de la economía y el poder del Estado. Esto queda particularmente claro cuando se observa la función que se le adjudicó el Banco Central durante los tiempos del pasado neoliberalismo, marginando su presencia en el ámbito de políticas monetarias y cambiarias, que sin duda es factor esencial para el logro de la independencia y soberanía nacional.
Parece ocioso insistir en la íntima vinculación que existe entre el desarrollo económico de los países y la defensa del principio de independencia económica. Esta no es una entelequia, es un objetivo esencial. Los problemas que crea la dependencia no pueden atribuirse a errores o deficiencias en la aplicación de la política neoliberal, sino a factores estructurales muy conocidos que esta no puede resolver; razón por la cual confrontamos con ellas porque frenan el progreso económico y el bienestar social de las naciones. Por ello, no se pueden dejar de realizar todas las actividades y esfuerzos para que en estos prolegómenos del tiempo electoral que se avecina se precisen cuáles son los dos modelos que van a lidiar el 22 de noviembre próximo.
Desde el “Instituto Arturo Enrique Sampay” sostenemos que no será ésta una elección más, sino que su resultado afectará los intereses y derechos de los ciudadanos que integran el campo popular. No es lo mismo que el Estado regule el tipo de cambio (Frente para la victoria), que lo libere con la consecuente degradación de los salarios, jubilaciones y sueldos (Cambiemos-PRO). No es lo mismo que el Estado acuerde con los “fondos buitre” con quitas y esperas, equitativas y sustanciales (FPV), que pague incondicionalmente las acreencias de los bonistas depredadores (PRO). No es lo mismo que el Estado reafirme los convenios colectivos de trabajo (FPV), que deje a los trabajadores inermes frente a la desigual negociación con el empleador (PRO). No es lo mismo mantener los subsidios a los servicios de primera necesidad en favor del pueblo (FPV), que suprimirlos o degradarlos en su sustancia (PRO). No es lo mismo el desarrollo económico autónomo, con la participación de las pequeñas y medianas empresas nacionales en expansión (FPV), que el enfriamiento económico subordinado al bloque oligárquico y de los grupos económicos concentrados y trasnacionales (PRO). No es lo mismo independencia económica y soberanía política (FPV), que dependencia colonial (PRO). No es lo mismo la justicia social (FPV) que injusticia, desigualdad y exclusión social (PRO). No es lo mismo la integración de la Patria Grande (FPV), que las relaciones carnales con EEUU (PRO). No es lo mismo Estado activo y república popular (FPV), que Estado mínimo y república oligárquica con primacía del mercado (PRO).
Por ello, continuar y profundizar el Proyecto Nacional y Popular con políticas activas de Estado para defender la riqueza nacional e impedir su fuga, aumentar el poder de capitalización de la economía en su conjunto, intensificar la explotación racional de los recursos naturales, apoyar el acceso a la tierra a quienes desean trabajar en el campo, expandir el mercado interno, impulsar el proceso de industrialización, posibilitar a los sectores trabajadores una mayor participación en la renta nacional. Un país que aspira a desarrollarse integralmente no puede someterse al neoliberalismo redivivo y dejar en manos ajenas el manejo de ciertos engranajes de su mecanismo productivo, si es que no quiere que su economía sea un acoplado de la economía extraña que le manipula esas piezas esenciales. Con la historia, los valores y los sueños que nos nutren y comprometen, nosotros ya decidimos: SCIOLI PRESIDENTE – ZANNINI VICEPRESIDENTE.
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