ALGUNOS PRESOS CONINTES TRABAJARON EN DIFERENTES UNIDADES PENALES. por Rolando Marcelo Guruceta

gentileza: www.peronvencealtiempo.com.ar

Estas historias anecdóticas vividas dentro de los penales que estuvimos, tiene que ver con la necesidad de seguir alimentado nuestro cerebro con elementos valorativos introyectados en el área prefrontal, que supimos hacerlo antes de conocer y vivir estos momentos impredecibles. Como todos sabemos, en la medida que sepamos introducir y cultivar altos valores humanos éticos, será la referencia permanente para poder tener una conducta y una praxis coherente con la vida. Además de apreciar y cultivar el entretenimiento en las unidades penales con muchísimas dificultades, ello representa y complementa las actividades físicas personales, de recreación, de cultura que nos permite buscar un equilibrio mental para salir en las mejores condiciones de ese mundo tan especial, sino también en poder estar conectado dentro de lo posible con los sucesos del ambiente y la sociedad, para tener y poder completar –a pesar de los limites—una buena estabilidad de vida. No se nos permitían los diarios, escuchar los informativos radiales, el correo personal que nos enviaran nuestros familiares, amigos y compañeros era censurado por las autoridades penales o sea que teníamos una visión parcial y limitada de la realidad. Esta expresa violación a los derechos humanos de la población penal institucionalizada, debíamos soslayarla y ocuparse de otras variables para el bien nuestro. –

La lectura de los autores clásicos y de otros libros que pasaban por la censura, nos permitía a todos mantener una reflexión crítica en donde intercambiamos opiniones con mucho interés. Tuve la oportunidad y la suerte que un primo hermano benigno flores, me enviara de obsequio la mayoría de los tomos escritos por Sigmund Freud, padre del psicoanálisis. Pensando en ese encuadre, es que todos intercambiábamos los libros al resto de los internos y también algunos prestamos servicios de trabajo, al ver que esos talleres estaban más o menos equipados pero inactivos. –

Iniciaremos con la unidad penal de Viedma (pcia. de Rio Negro), donde el compañero Eduardo Lautaro Pérez Inda procedente de capital federal cuya área de conocimiento era la gastronomía paso a desempeñarse en la cocina. Pérez inda era una persona baja de estatura y grueso en su configuración, muy dicharachero y presto siempre a algún chiste. Siempre sonriente lo recordamos, quizás de su experiencia culinaria desarrollada en los barcos. Como en la mayoría de los casos eran personas que habían tenido la oportunidad en algún momento de su existencia de poder adquirir las herramientas del conocimiento para poder funcionar perfectamente en el lugar que le gustaba. El compañero Bartoletto “el barba” de la Plata, fue un joven muy alegre, muy chistoso, un excelente sastre que lo había aprendido de su señor padre, prolijo en la elaboración de la costura y siempre tenía un cuento para distraernos. Al tiempo de recobrar su libertad fue ejecutado por las bandas de la represión. Era de oficio sastre y se desempeñaba en el taller de costurería. Por la características de mi perfil que era estudiante de medicina solicite desempeñarme en la enfermería en la cual estaba el Dr. Sussini, persona muy educada y servicial, él fue quien me sugirió el inconveniente de estar en ese lugar de trabajo. Además concurría un odontólogo un día a la semana. Pero no me complacieron porque tenía acceso al alcohol y en un penal esa sustancia es muy comprometida. Entonces converse con el compañero José David Vázquez de Villa María, un peronista de gran valor, de estatura propia de su herencia española grueso y le agradaba fumar sus toscanos, con sus años encima de mucha tinta y bohemia, se desempeñaba como periodista de un diario de esa ciudad y siempre nos contaba sus anécdotas de los años vividos en la capital federal y le comente que dentro del pensum del bachillerato en mi asistencia a la escuela normal superior “Dr. Agustín Garzón Agulla” en horario de la tarde, todos los alumnos y alumnas debíamos realizar tareas aparte del programa de educación física. Existía cursos de costura, taxidermia, carpintería etc., y yo había elegido encuadernación enseñanza aplicada durante tres años y acepto la invitación y decidió acompañarme. Reabrimos el taller de encuadernación que se encontraba desactivado y estaba al lado de la costurería y el compañero marcial Alberto Ramírez de capital, una persona simple, de una bonhomía santoral con una astucia impresionante, era empleado en la función de guarda de la compañía de tranvías de Córdoba de origen ingles pero nacionalizada por el gobierno peronista con una capacidad de trabajo impresionante, trabajo en la construcción del dique la viña de villa dolores, con una ductilidad en el aprendizaje de los oficios, simplificando hacia de todo y muy bien, quedándose por ultimo con la carpintería. Los tres últimos de Córdoba.

Estos desplazamientos en el interior del penal nos permitiría romper con la rutina y los compañeros que estaban a disposición del P.E.N. Andrés Framini, el Dr. Perelmann o algo así –era un dirigente del partido comunista argentino– y otros compañeros gremiales que no recuerdo, ellos gozaban de todas las ventajas que a nosotros nos tenían prohibidos, por lo tanto era una forma de recibir los recortes periodísticos, notas de los compañeros, apreciaciones de nuestros abogados y ansiedades de nuestras familias.-

Este confinamiento en las cárceles del sur de argentina en donde habían repartido a todos los compañeros peronistas del país. Además de inconstitucional y arbitrario e injusto. Resulta que la cúpula militar presiono al P.E.N. que presidia el Dr. Frondizi para que le diera la satisfacción de enviarnos a la isla de los estados, en el atlántico sur, pues todos los peronistas era un grupo de gente que merecía los peores castigos. Por eso modifico por decreto el código penal cargando los castigos con más años de presidio. Resulta que no encontraron personal para transportarlos y residir en esa isla, por lo tanto, el proyecto de los gorilas militares no lo pudieron realizar. Pero el presidente Frondizi, negocio y les reabrió la cárcel de Ushuaia para que allí cumplieran las penas. Ese era el destino que nos esperaba, pero luego del primer grupo que lo instalaron que procedía de la capital federal, la plata y mar del plata, hicieron actos de protesta y huelga de hambre que sumado el apoyo de las organizaciones de defensa de los presos políticos y gremiales y sus familiares y los medios de comunicación, consiguieron que una delegación del congreso de la nación viajara al penal fueguino y comprobaron lo inhóspito, cruel e inhumano, de esa cárcel, cuyo antecedente histórico en el gobierno de Juan domingo perón la había cerrado aproximadamente en el año 1948por los idénticos motivos expresados. Doce años después, en 1960, pretendieron rehabilitarla, pero gracias a la movilización popular tuvieron que volver a cerrarla. Hoy es un lugar de visita y una referencia atractiva de los turistas que llegan a la capital de tierra del fuego.-

Posteriormente como respuesta a una huelga de hambre de protesta por el confinamiento, fuimos desplazados a la cárcel penitenciaria de las Heras o unidad penal n° 1(1) en capital federal y nos recibió un empleado de instituís penales que los presos lo llamaban “el chiquito”, pues era una persona sumamente obesa que pesaba aproximadamente 130 kg. Y alto de estatura y la bienvenida fue una arenga de amenazas, descalificaciones y malos tratos porque la huelga realizada había trascendido a todo el país por la información de los medios, especialmente radio colonia de Uruguay en la voz del periodista Ariel Delgado. La misma que estaba semi desocupada porque habían distribuidos a los presos comunes por otras instituciones –pues tenían la resolución de demolerla–. Allí pasamos aproximadamente un mes y luego nos trasladaron a la ciudad de coronda en la provincia de santa fe. Alojados en ese lugar, marcial Alberto Ramírez se unió y se integra al equipo del taller de carpintería y yo me anexe al taller de marmolería, que estaba a cargo de un maestro de origen italiano de aproximadamente cincuenta años, se elaboraba mosaicos y piedras de granito que se colocan en umbrales, escaleras o en la cocina, la tarea mía era pulirlas una por una para una buena presentación.-

Nuevamente tuvimos que reclamar y se realizo una huelga de hambre con el fin que nos llevaran más cerca de nuestros domicilios para mantener una relación más cercana y frecuente con los familiares, porque continuábamos confinados, figura legal que no existía en las condenas. Como consecuencia nos dividieron y un grupo fue a la cárcel de Villa María y el más grande a la capital ubicada en barrio San Martín la cárcel penitenciaria (2), ambas en la provincia de Córdoba. En esa unidad, Reviglio y Guruceta nos integramos al grupo médico-odontológico que existía con función de practicantes de la salud, durante el día. Descansábamos en nuestras celdas por la noche, el jefe médico era el Dr. Centeno y había un equipo de tres empleados practicantes, dos eran de medicina y uno de odontología. Marcial Alberto Ramírez fiel a su elección seguía lo que más le agradaba y paso a desempeñarse en la carpintería.-

Hasta que el 17 de octubre de 1963 “día de la lealtad” el autor de la nota recupero su libertad. Previamente me sacaron y llevaron en un celular uniformado y con las esposa puestas a la justicia federal de Córdoba, allí el secretario del juez Dr. Carlos Ernesto Ccecchi , el Dr. Luis f. Allende pinto me notifico de la libertad por amnistía, resolución que la rubrique disconforme. Pues entendía que al anularse todo lo actuado por los militares, correspondía que la justicia civil se abocara al tratamiento de las causas. El mismo profesional me informa que la ley de amnistía está por encima de todas esas formalidades. Previamente y verbalmente le participo al equipo de seguridad que me acompañaba que porque me habían llevado uniformado y con las esposas, habiendo informado pienso a las autoridades del penal, que recobraba la libertad y que él deseaba que desde ese juzgado fuera a mi domicilio. Así que me trajeron nuevamente al penal en donde me esperaba mi esposa estela Silvia Ledesma que nos habíamos casado en la cárcel (3), antes de los viajes en 1960 y mi Sr. Padre Oladio Guruceta portando la ropa de civil para cambiarme. En casa me esperaban el Dr. Carlos Virgilio Berardo (3) y el Sr. De la sota (4), quienes me recibieron emocionados y me abrazaron, junto a toda mi familia que estaba presente.-

Todos estos servicio laborales, lo evaluó de haber sido muy útil para la programación diaria del interno, en el plano personal lo distrae y le permite encontrar comunicación que es la forma más elemental de estar informado de lo que está sucediendo fuera de la institución.-

Uno de los inconvenientes más molestos que todos los presos “CONINTES” tuvimos que pasar fue la situación de que no teníamos autoridad judicial que nos atendieran. Al dar por finalizado la aplicación del plan CONINTES, todos quedamos como se dice popularmente en el aire. Pues los casos de fallecimientos de algunos de los padres, o de hijos, o en caso de enfermedad y otras opciones nadie se hacía cargo cuando se solicitaba el correspondiente permiso. La justicia militar había cesado y la civil desconocía totalmente nuestra situación. Es decir nos botaron en las cárceles y realmente no sabían como manejarse ante eventualidades de contenido humano. Así que el criterio discrecional y arbitrario de la autoridad de turno era la respuesta que recibíamos. En la actualidad confrontamos muchísimos problemas porque todos los expedientes militares desaparecieron (no se los incineraron o escondieron), así que para formalizar alguna gestión administrativa todos los CONINTES del país sufren de la falta de documentación. En algunas ocasiones, los compañeros nos comentan que por el tiempo transcurrido fueron desincorporados y destruidos. Por ese motivo y por la necesidad de dignificarnos para que sepan los familiares, amigos y compañeros, es que escribo estos recuerdos para que de alguna forma la comunidad nacional e internacional tengan conocimiento, de todos estos arbitrarios desempeños de autoridades irresponsables que únicamente se escudaban en su odio al peronismo, una movimiento nacional que no acepta el esquema imperial fijado en la derecha y la izquierda como los falsos agoreros pretenden confundir a las nuevas generaciones.-

Simplemente leer todos los escritos del general Juan Domingo Perón y de evita es el valioso substratum intelectual en que se basa nuestra doctrina.-

Notas y fotografías:

(1): en ese lugar fue fusilado el teniente general Juan José Valle el 12 de junio 1956 a las 10 de la noche por orden del general Aramburu cuando encabezo una alzamiento cívico-militar peronista para restablecer la constitución nacional, quebrada y violentada el 16 de septiembre de 1955.

(2): las autoridades de la cárcel penitenciaria de Córdoba eran, director el Dr. Carafi, secretario el Sr. Andino, el Sr. Alberione el alcaide y en la administración estaba el Sr. Lashman que era hijo de un suboficial del ejército.-

(3): nos casamos el día 14 de julio de 1960 por el civil, previa autorización de las autoridades militares, y al recuperar la libertad celebramos la boda eclesiástica en donde el Dr. Berardo y su esposa cariñosamente “la ñata”, fueron nuestros padrinos. El Dr. Berardo (abogado y contador público nacional, egresado de la UNC) fue secretario de economía, decano de la facultad de ciencias económicas y vicerrector de la universidad nacional de Córdoba. Ambos fallecieron.-

(4): el Sr. De la sota, vivía en la calle lima esquina Eufrasio loza de altos Gral. Paz, seccional sexta, dirigente peronista ejercicio funciones entre ellas de secretario general de la gobernación de Córdoba. Entre los años 1956 y 1957, en varios ocasiones fuimos a visitarlo mi señor padre Oladio Guruceta y yo lo acompañaba a la cárcel penitenciaria de Córdoba en donde estaban alojados el Dr. Lucini, de uña, Dr. Mario Víctor menso, de la sota (padre del gobernador José Manuel de la sota) y otros compañeros que no recuerdo.-

FOTO INFERIOR: MARCIAL A. RAMIREZ UNIFORMADO DE GUARDA DE LA COMPAÑÍA DE TRANVIAS FRENTE A UNA UNIDAD DE TRANVIA. CORDOBA, 1956.-

MARCIAL A. RAMIREZ UNIFORMADO

DETENIDOS UNIFORMADOS MARCIAL ALBERTO RAMIREZ Y ROLANDO MARCELO GURUCETA

FOTOGRAFIA TOMADA EN EL CAMPO DE DEPORTES DE LA CARCEL DE CORONDA (PROVINCIA DE SANTA FE), DE LOS DETENIDOS UNIFORMADOS MARCIAL ALBERTO RAMIREZ Y ROLANDO MARCELO GURUCETA, CON BIRRETE.- AÑO 1962

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