DEMOCRACIA Y SOBERANÍA PARA NUESTRA AMÉRICA . Por Ana Jaramillo

Mientras escuchamos al actual Presidente de México criticar la medida tomada por la Presidenta de la Nación Argentina, en México, el petróleo es de los mexicanos desde 1938.

En 1917, durante el gobierno de Venustiano Carranza, se reforma la constitución de 1857. En su artículo 27, dicha constitución establece quecorresponde a la nación el dominio directo… de yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos, el petróleo y todos los carburos de hidrógeno, sólidos, líquidos o gaseosos”.

A partir de ese momento, las compañías petroleras aumentaron al máximo la producción de petróleo antes de que se efectivizara la ley y desconocieron los reclamos de los trabajadores que exigían el derecho a la salud así como un aumento salarial.

Lázaro Cárdenas llegó a la presidencia de México en 1934. En 1938 ante los permanentes conflictos sindicales de los trabajadores del petróleo, se constituye una comisión investigadora que dictamina que las empresas petroleras habían defraudado en forma permanente al fisco desde 1934 hasta 1938.

A pesar de que la Suprema Corte condena a las compañías petroleras a pagar los aumentos salariales, los empresarios se niegan a ello. Es el momento en que Cárdenas decide expropiar el petróleo.

El 18 de marzo de 1938 el Presidente mexicano en su discurso sostiene que las compañías petroleras se han “obstinado en hacer fuera y dentro del país una campaña sorda y hábil…que han dado por resultado…lesionar seriamente los intereses económicos de la Nación…

…Es el interés social de la clase laborante en todas las industrias del país que lo exige. Es el interés público de los mexicanos y aun de los extranjeros que viven en la República y que necesitan de la paz y de la dinámica de los combustibles para el trabajo.

Es la misma soberanía de la nación que quedaría expuesta a simples maniobras del capital extranjero, que olvidando que previamente se ha constituido en empresas mexicanas, bajo leyes mexicanas, pretende eludir los mandatos y las obligaciones que les imponen autoridades del propio país”.

Concluye su discurso diciendo: “Es preciso que todos los sectores de la Nación se revistan de un franco optimismo y que cada uno de los ciudadanos, ya en sus trabajos agrícolas, industriales, comerciales, de transporte, etc., desarrollen a partir de este momento una mayor actividad para crear nuevos recursos que vengan a revelar cómo el espíritu de nuestro pueblo, es capaz de salvar la economía del país por el propio esfuerzo de sus ciudadanos.

Y como pudiera ser que los intereses que se debaten en forma acalorada en el ambiente internacional, pudieran tener de este acto de exclusiva soberanía y dignidad nacional que consumamos, una desviación de materia primas, primordiales para la lucha en que están empeñadas las más poderosas naciones, queremos decir que nuestra explotación petrolífera no se apartará un sólo ápice de la solidaridad moral que nuestro país mantiene con las naciones de tendencia democrática y a quienes deseamos asegurar que la expropiación decretada sólo se dirige a eliminar obstáculos de grupos que no sienten la necesidad evolucionista de los pueblos, ni les dolería ser ellos mismos quienes entregaran el petróleo mexicano al mejor postor, sin tomar en cuenta las consecuencias que tienen que reportar las masas populares y las naciones en conflicto”.

México mantuvo el petróleo para los mexicanos desde ese momento. Lamentamos que el Presidente de un  país soberano que ha tenido la mayor generosidad y solidaridad con los argentinos que debieron refugiarse allí, critique la medida tomada por nuestra Presidenta de recuperar la soberanía hidrocarburífera. La mayoría de los que allí llegamos, apoyamos esa medida.

En México no hubo golpes de Estado como en nuestro país cuando en 1955 derrocaron a Perón y derogaron la Carta Magna de 1949 volviendo a establecer la Constitución de 1853 que daba de baja las conquistas sociales y políticas de casi un siglo. ¿Qué hubiera sucedido en México si hubieran vuelto a la Constitución de 1857?

Marcelo Quiroga Santa Cruz luchó en Bolivia por la nacionalización de las empresas y  fue el gestor de la nacionalización del petróleo desde el Ministerio de Minas y Petróleo durante el gobierno del General Alfredo Ovando Candia, hasta que  renunció por la capitulación gubernamental frente a la empresa de petróleos nacionalizada.

Estuvo asilado en nuestro país y luego en México. En 1980 retorna a Bolivia y fue asesinado el 17 de julio al entrar a la Central Obrera Boliviana donde se realizaba una reunión de emergencia del Comité Nacional de Defensa de la Democracia ante el golpe de estado de Luis García Meza junto a Luis Arce Gómez.

En México se le hizo un sentido homenaje al líder socialista. Carlos Fuentes relataba en ese acto que Quiroga Santa Cruz le había preguntado por qué no había golpes de estado en México como en el resto de América Latina. Fuentes contó que le había contestado que los generales allí no resistían un cañonazo de un millón de pesos.

En nuestro país, a partir del golpe de estado de 1955, se cometieron miles de asesinatos y se derogó la Constitución de 1949 que en su artículo 40 sostiene:

La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del pueblo, dentro de un orden económico conforme a los principios de la justicia social. El Estado, mediante una ley, podrá intervenir en la economía y monopolizar determinada actividad, en salvaguardia de los intereses generales y dentro de los límites fijados por los derechos fundamentales asegurados en esta Constitución. Salvo la importación y exportación, que estarán a cargo del Estado, de acuerdo con las limitaciones y el régimen que se determine por ley, toda actividad económica se organizará conforme a la libre iniciativa privada, siempre que no tenga por fin ostensible o encubierto dominar los mercados nacionales, eliminar la competencia o aumentar usurariamente los beneficios.

Los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, y las demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son propiedad imprescriptibles e inalienables de la Nación, con la correspondiente participación en su producto que se convendrá con las provincias.

Los servicios públicos pertenecen originariamente al Estado, y bajo ningún concepto podrán ser enajenados o concedidos para su explotación. Los que se hallaran en poder de particulares serán transferidos al Estado, mediante compra o expropiación con indemnización previa, cuando una ley nacional lo determine.

El precio por la expropiación de empresas concesionarios de servicios públicos será el del costo de origen de los bienes afectados a la explotación, menos las sumas que se hubieren amortizado durante el lapso cumplido desde el otorgamiento de la concesión y los excedentes sobre una ganancia razonable que serán considerados también como reintegración del capital invertido.

Democracia y soberanía son los desafíos de Nuestra América. Ya todos hemos entendido que no son luchas separadas. Ambos derechos son los que reclaman los pueblos latinoamericanos que los colonizadores y sus socios siguen no queriendo entender. Como sostenía Cárdenas, el pueblo argentino está lleno de franco optimismo.

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